Cuando todo falla

INTRODUCCIÓN

El texto para el mensaje de hoy está en Génesis 21:8 y 9 “Y creció el niño, y fue destetado; e hizo Abraham gran banquete el día que fue destetado Isaac. Y vio Sara que el hijo de Agar la egipcia, el cual ésta le había dado a luz a Abraham, se burlaba de su hijo Isaac.”

El propósito de este mensaje es mostrar que los errores humanos pueden ser el punto de partida de una nueva experiencia en Cristo.

EL NIÑO FUE DESTETADO

El texto empieza diciendo que «el niño creció y fue destetado e hizo Abraham un gran banquete el día que Isaac fue destetado». Algunas versiones de la Biblia dicen  “Abraham hizo una gran fiesta”. La verdad es que esta vida puede ser una gran fiesta espiritual. Cuando Jesús vino a este mundo dijo: «Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia.» El plan de Dios no es que tu vida sea llena de amargura, tristezas, derrotas y fracasos. Dios quiere que tu vida sea una gran fiesta. Una vida de celebración, de glorificación al nombre de Dios. Una vida de alegría, de entusiasmo, de productividad, y de  crecimiento.

Aquel día en la vida de Abraham, de Isaac, de Ismael y de Agar era un día de fiesta, un día de banquete. Pero por algún motivo, toda  fiesta espiritual siempre es arruinada por el enemigo de Dios. Al diablo no le gusta ver la felicidad de los hijos de Dios.

Cuando Adán salió de las manos del Creador, la vida era una fiesta espiritual, un gran banquete, pero vino el diablo disfrazado de serpiente, arruinó la vida y la transformó en un conglomerado de tristeza. Y desde aquel día, el diablo siempre ha estado trayendo dolor y aflicción a la vida de los hijos de Dios.

El versículo 9 del texto dice: «y vio Sara que el hijo de Agar la egipcia, el cual ésta le había dado a luz a Abraham, se burlaba de su hijo Isaac». Ismael era el hermano mayor de Isaac, su deber natural debería ser proteger al hermano menor, sin embargo, “se burlaba”. Y con esa actitud, arruinó la fiesta. El ambiente maravilloso que envolvía a toda la familia y a los amigos invitados, fue destruido por un acto de liviandad por parte de Ismael. Tal vez, al burlarse pensó que nadie lo veía, pero infelizmente, alguien lo vio y lo que para él era una simple broma se transformó en tragedia.

LA FIESTA SE ARRUINÓ

Yo no sé si conociste alguna persona cuya vida era maravillosa, tenía una linda familia, era un buen esposo, un buen padre, y de repente, por un acto de locura, lo echó todo a perder. Por un acto de insensatez trajo dolor y vergüenza a su familia.  Cuantas veces encuentro personas que dicen: “me arrepiento de haber hecho lo que hice. ¡Cómo fui tan tonto de arruinar mi vida de la manera que lo hice!”.

Infelizmente, mientras vivas en este mundo y cargues la naturaleza pecaminosa, el diablo estará siempre al acecho, dispuesto a arruinar tu vida y si te separas de Jesucristo, cometerás imprudencias e insensateces, y traerás dolor a todos, en un día que podría ser de fiesta, de banquete y de alegría.

El texto bíblico relata que Sara dijo a Abraham: «hecha a esta sierva y a su hijo porque el hijo de esta sierva no ha de heredar con Isaac mi hijo.» Este es el registro de la segunda expulsión en la Biblia. La primera fue en el jardín del Edén. Después que Adán y Eva desobedecieron a Dios, tuvieron que abandonar ese lugar maravilloso. Yo imagino que en aquella oportunidad, Adán y Eva suplicaron a Dios, y le dijeron: «Por favor, Dios perdónanos.» Y Dios los miró con amor y les dijo: «Hijos, yo los he perdonado, pero van a tener que salir del jardín.» “Pero Señor, si nos perdonaste, ¿por qué tenemos que salir?”  Y Dios les dijo: “miren hijos, ustedes tienen que entender algo: el perdón es una cosa y la consecuencia del pecado es otra.”

PECADO Y CONSECUENCIA

Está es una lección que  necesitas aprender. Dios perdona cualquier pecado. Tú puedes haberte hundido en el fondo del pozo, en la miseria, en el barro, en lo peor de lo peor, pero si desde allí clamas a Dios, El correrá para auxiliarte, te extenderá la mano, te levantará, y te perdonará. Pero la vida de desobediencia que viviste, sin duda alguna, traerá consecuencias, que no tienen nada que ver con el perdón divino.

Dios te perdona, pero la vida tal vez, no te perdone. Por ejemplo: un joven está con SIDA, como resultado de una vida de desobediencia, de promiscuidad y de pecado. Después se arrepiente y va a Dios suplicando perdón. ¿Tú crees que Dios lo perdona? Con toda seguridad sí, Dios lo perdona. El perdón divino no tiene límites. Pero el perdón no significa necesariamente que aquel muchacho va a ser curado del SIDA.

Voy  a dar otro ejemplo que puede ser gracioso: Un hombre decide quitarse la vida, y  sube al vigésimo piso de un edificio, y de allí se lanza al abismo. En la mitad del camino se arrepiente de la locura que cometió, y suplica a Dios: «Señor, perdóname, estoy arrepentido». La pregunta es: ¿cuánto tiempo necesita Dios para perdonarlo? Basta un segundo. Con toda seguridad, Dios va a escuchar a este chico y lo va a perdonar. Nadie puede juzgar la actitud del corazón de otra persona. Solo Dios sabe si su arrepentimiento es verdadero o es solamente resultado del miedo. Solo Dios puede juzgarlo, los hombres no podemos hacerlo. Pero sigamos imaginando; el muchacho se arrepiente en la mitad del camino y pide perdón. ¿Dios lo perdona? Claro, pero infelizmente, va a caer al suelo y va a morir. Si se arrepintió, va a morir perdonado, pero va a morir. Este, es el peligro de jugar con el pecado y de postergar la decisión de entregar la vida a Cristo.

EL LADRÓN EN LA CRUZ

¿Te acuerdas del ladrón en la cruz? Había vivido toda su vida en pecado y en la hora de la agonía se entregó a Jesús. ¿Le sirvió? Claro que sí. Alcanzó la salvación, pero murió. Hay muchos jóvenes que no entienden esto. Ellos dice: «yo sé que Dios me perdona, por lo tanto, quiero gastar mi juventud disfrutando de los placeres de esta vida. Cuando sea adulto y sea un hombre serio, cuando tenga esposa e hijos, entonces voy a volver a la iglesia y a Jesús.”

Si  haces así, Dios te va a perdonar, con toda seguridad, pero ¿será que la vida te perdona? ¿Será que en esos años de locura lejos de Dios, no sembraste vientos para después cosechar tempestades? ¿Será que las consecuencias del pecado no te alcanzarán? Este es un asunto que necesitas  llevar  a serio. Creo que cuando Sara pidió a Abraham que despidiese a su hijo Ismael, el muchacho lloró y pidió perdón, y tengo total seguridad de que Abraham perdonó a su hijo, porque el versículo 11 dice: «este dicho pareció grave en gran manera a Abraham por causa de su hijo.» Este dicho lo entristeció, el pedido de Sara lo dejó arrasado, su corazón quedo dolorido. Amaba a su hijo Ismael, y aunque había cometido una imprudencia, no quería perderlo. Pero por detrás de todo esto, también había un plan divino, y con dolor, con lágrimas, tuvo que ver partir a su hijo.

Creo que en el jardín del Edén, cuando Adán y Eva salieron, cubriendo su desnudez con la piel del cordero que Dios había preparado para ellos, los ojos de Dios se llenaron de lágrimas, viendo a sus queridos hijos partir, pero infelizmente, el pecado siempre te lleva lejos de Dios, de la familia, de tus valores y de tus principios.

Ismael, por causa de su pecado tuvo que partir e irse lejos de la casa de su padre. Pero vuelvo a repetir, por tras de todo, había un plan divino. Por eso, el texto dice que Dios dijo a Abraham, “no te parezca grave a causa del muchacho y de tu sierva.” Otras versiones dicen: «no te parezca triste por causa del muchacho y de tu sierva». Yo voy a protegerlos. El versículo 13 dice: «también del hijo de la sierva haré una nación porque es tu descendiente». Yo lo protegeré, lo cuidaré.

LA PROVISIÓN DE LA GRACIA

La historia continua diciendo: «Entonces Abraham se levantó muy de mañana y tomó pan, y un odre de agua y lo dio a Agar, poniéndolo sobre su hombro y le entrego al muchacho y la despidió, y ella salió y anduvo errante por el desierto de Beerseba.» Aquí hay un cuadro interesante en el cual necesitamos pensar un poco. Cuando Adán y Eva salieron del jardín del Edén, en realidad, no eran ellos que estaban saliendo, era la humanidad.

En la historia del mensaje de hoy Abraham se levantó muy de mañana y tomó pan y un odre de agua, y lo dio a Agar. Dios proveyó sustento para Agar y para Ismael en su larga caminata por el desierto. Dios no los dejó abandonados a su triste destino. No los dejó perdidos para siempre.

El padre les proveyó pan y agua, y cuando la humanidad salió del jardín del Edén, tampoco Dios la dejó perdida, abandonada a su triste destino. Le proveyó la sangre maravillosa de Jesucristo que simboliza su gracia.

Al andar por el desierto de esta vida, tú, nunca más estarías solo, la gracia maravillosa de Cristo te acompañará. Esta es tu única salida, tu única esperanza. Hoy en día estás andando en el desierto de esta vida. El texto bíblico dice: «Y ella salió y anduvo errante por el desierto de Beerseba». Todos nosotros andamos errantes por el desierto de esta vida. Muchas veces, faltos de pan, de agua, de abrigo, de calor, de cariño y de comprensión.

Yo no sé qué es lo que está faltando en tu vida, en este momento, mientras caminas por el desierto de la vida. No sé si en tu hogar está faltando armonía y paz. No sé si en tu corazón está faltando satisfacción espiritual. ¡Cuántos jóvenes se hunden en las drogas porque en casa falta amor! ¡Cuántos muchachos se hunden en los vicios porque quieren escapar de los conflictos, de las aflicciones y las tristezas que los embargan! Mientras andes por el desierto de esta vida, siempre te va a faltar cosas. Dinero muchas veces, salud, oportunidades. No sé. Pero en medio del desierto Dios nunca te abandonará. Cuando Israel estaba caminando por el desierto y faltó pan, Dios hizo caer maná del cielo. Cuando le faltó agua, Dios sacó agua de la roca, cuando le faltó calor, Dios proveyó una columna de fuego. Cuando le faltó sombra, Dios hizo aparecer una nube,

Abraham proveyó para su hijo agua y pan. Dios proveyó para ti, la gracia maravillosa de Jesucristo y el poder del Espíritu para que vivas una vida de victoria. Por lo tanto, todo lo que necesitas para llegar a tu glorioso destino está en tus manos. No importa si estás herido por el pecado. La gracia maravillosa de Jesús puede alcanzarte y curarte.  No importa si estás derrotado por el pecado. El poder del Espíritu Santo puede hacer que rompas las cadenas que te esclavizan a cualquier vicio.

Es verdad que todavía estás andando por el desierto de esta vida. Es verdad que Canaán todavía está lejos. A veces te puede dar la impresión de que falta mucho para llegar a la tierra prometida, pero Dios no te abandonó. Te mostró el camino de vuelta para casa. Y cuando vemos en las profecías de Mateo 24, las señales que sucederían antes de la venida de Cristo, tenemos que llegar a la conclusión de que nuestro hogar eterno ya está cerca, aunque tus pies sangren, aunque la indiferencia de las personas te haya herido y lastimado, aunque te sientas con ganas de llorar, aunque tu corazón sea un volcán de tristezas, aunque hayas traicionado tanto a Dios que piensas que ya no hay perdón para ti, Canaán esta cerca, y los brazos de Jesús están abiertos, esperándote.

CUANDO PARECE QUE TODO ESTÁ PERDIDO

El texto bíblico continúa diciendo que en medio del desierto les falto agua a Agar e Ismael. El agua del odre se acabó. La madre colocó entonces al muchacho debajo de un arbusto. El versículo 16 dice: «y se fue y se sentó enfrente a distancia de un tiro de arco; (más o menos 25 metros) porque decía: no veré cuando el muchacho muera. Y cuando ella se sentó enfrente, el muchacho alzo su voz y lloró.»

¿Conoces a alguien que ha llorado más de una vez? ¿Estás llorando por algún motivo? ¿En algún momento te has sentido solo e incomprendido? Entonces levanta tu voz y llora. Pero no llores para los hombres, sino para Dios, clama a Él. No tengas vergüenza de abrir tu corazón a Dios y derramar tus sentimientos delante de Él. Él es el único que puede resolver tus problemas. Cuando los seres humanos fallan, cuando tus fuerzas fallan, cuando tu disciplina, tu dominio propio, cuando los recursos humanos no dan resultado, no tengas miedo de alzar tu voz y llorar a Dios porque Él es el único que puede resolver tu problema.

Mira lo que dice el versículo 27: «Y oyó Dios la voz del muchacho». ¿Te das cuenta? Dios siempre oye  tu voz. ¿Sabes? el diablo es terrible, porque viene  y hace de todo para que peques, para que sueltes la mano de Dios, para que te alejes de Él. Y cuando caes, él es el primero en decirte al oído: no ores, no levantes tu voz, no pidas nada a Dios porque no te puede escuchar, ya que estas viviendo en pecado.»

 Quiero decirte en el nombre de Jesucristo: no tengas miedo de levantar tu voz a Dios aunque estés viviendo en pecado. Clama por auxilio, por socorro y dile: «Señor, estoy aquí, no tengo fuerzas para levantarme, pero alzo mi voz a ti para que tú me levantes porque estoy perdido. Cuantas veces he querido volver a ti y no puedo, por eso clamo a ti, ven  y levántame. Yo no puedo hacerlo por mí mismo.»

DIOS SIEMPRE OYE LA VOZ DEL MUCHACHO

Dios siempre oye la voz del muchacho. Y en aquel momento el ángel de Dios llamo  a Agar desde el cielo y le dijo: “¿Que tienes Agar”? La madre estaba llorando al ver que su hijo moría. ¿Será que tu madre o tu padre  están llorando porque tú, el hijo que ellos aman estás muriendo? ¿No quieres ir más a la iglesia? ¿Estás hundido en los vicios?

¿Ese niño que nació en la iglesia, fue dedicado al Señor, creció en la iglesia, un día tal vez, tuvo un cargo en la sociedad de jóvenes, hoy, está lejos de Dios y de la iglesia?

Entonces escucha lo que el ángel le dijo a Agar: ¿Que tienes?» En otras palabras, ¿por qué lloras? No temas, no tengas miedo, porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está. Esa voz de impotencia, de derrota, de fracaso, esa voz clamando, pidiendo auxilio. Dios ha escuchado la voz del muchacho. Ahora levántate en lugar de llorar, toma la mano del muchacho, álzalo y sostenlo con tu mano, porque yo haré de él una gran nación. Entonces Dios le abrió los ojos, y Agar vio una fuente de agua, y fue y llenó el odre de agua y dio de beber al muchacho.

Aquí está la parte más hermosa del texto bíblico. Cuando las fuerzas humanas llegan al límite, siempre hay una fuente de agua que Dios provee para salvar a sus hijos. Levántate y toma al muchacho de la mano.

 ¡Cuántos jóvenes necesitan ser tomados de la mano! Quieren tomar la decisión y no pueden hacerlo. ¡Cuántos jóvenes se han ido lejos de Dios y no pueden volver! Pero la fuente de agua está allí, para que no mueras de sed en el desierto de esta vida. Hasta aquí has tratado de saciar tu sed bebiendo las aguas sucias y envenenadas de este mundo: La pornografía, la filosofía barata de este mundo, el liberalismo, la nueva era, que viene a través de la televisión, de las películas, de los libros y  las revistas. Has tratado de satisfacer tu hambre con la basura de esta vida, y no has sido feliz. Estas muriendo de sed. Tu corazón. Está hueco, vació. Cuando llega la noche no puedes dormir, sientes que te falta algo.

Quiero decirte una cosa: si tú no vienes a la verdadera fuente de agua que el Señor Jesús provee para ti, puedes andar por todo el mundo y siempre serás un hombre vació, y desesperado. Puedes conseguir dinero pero no será feliz. Puedes encontrar placer, pero te dejará cada vez más enloquecido y hueco. Puedes conseguir fama, poder, realización humana, pero de nada te va a servir, porque todo eso es agua envenenada que te lleva hacia la muerte.

LLAMADO

En este momento te invito, en el nombre de Jesús, a que vengas a beber de la fuente de agua pura que Jesús tiene para ti. Esta agua no saciará solamente tu sed, sino que limpiará tu cuerpo, tu mente y tu corazón. El agua sirve para limpiar, para saciar la sed, y también para dar poder. Sin el agua no podríamos tener las grandes hidroeléctricas y no tendríamos energía. Ven a la fuente. ¡Lávate en ella! ¡Pídele a Jesús fuerza para vencer tus hábitos y tus vicios! Necesitas poder para dejar el pecado. Ven a Jesús ahora. Bebe del agua que Él proveyó para ti.

El versículo 20 termina diciendo: «Y Dios estaba con el muchacho, y creció y habitó en el desierto y fue tirador de arco.» Quiero decirte que toda tu historia pasada, termina hoy aquí. No importa lo que hayas vivido atrás. No importa lo que las personas te hayan hecho. Hoy puedes nacer de nuevo. Hoy puede haber una nueva oportunidad para ti. Hoy, si le entregas el corazón a Dios, puedes recibir de Él, una página en blanco, para que escribas una nueva historia. Por lo tanto, levántate y corre en dirección del señor.

Jesús te está llamando. Él no puede hacer nada contra tu voluntad. No puede obligarte, solamente puede llamarte. Mira las manos de Jesús heridas por ti. Mira sus brazos en forma de cruz, esperándote. Ya has sido derrotado, has fracasado, estás muriendo de sed. Tu corazón está vacío, tu cuerpo está sucio. Bebe en la fuente del agua que  es Jesús.

Entrégale tu vida. ¡Ahora!