De la gloria al fondo del pozo

Daniel 4

Introducción

1. Dios se revela frecuentemente de maneras sorprendentes. Algunas veces, con voz tranquila, suave, tratando de guiarnos al camino correcto. Otras veces, con una voz insistente, trata, por medio de la conciencia, de convencernos del pecado.

2. Hay ocasiones en que la voz de Dios es fuerte.

a. Esa voz interrumpe la rutina de nuestra vida. Él nos detiene en nuestro camino. Nos aplica un shock, especialmente cuando nuestra vida parece estar desintegrándose y todo parece estar al revés.

b. Podemos, incluso, estar en peligro de perder todo aquello por lo que hemos luchado durante toda la vida. Y, cuando menos lo esperamos, Dios nos sorprende. Entra en nuestra vida de manera extraordinaria.

3. Eso es lo que le ocurrió al rey Nabucodonosor; y puede suceder con nosotros también.

 

I. Testimonio de Nabucodonosor

1. Daniel 4:1 al 3. Nabucodonosor encontró por fin la fuente de paz interior. Descubrió a aquél que nos brinda estabilidad y calma internas ante cualquier situación (Isa. 26:3). Parecía estar desbordando de gratitud a Dios. La vida del rey pagano fue transformada.

a. Nabucodonosor fue transformado por la gracia de Dios. Él necesitaba contar su historia; quería compartir la grandeza del Dios que cambió su vida.

b. Si Dios cambió a Nabucodonosor, puede también cambiar nuestra vida, sin importar los errores que hayamos cometido. Si su vida está llena de miserias, recuerde que Dios puede transformarlo.

 

II. La tragedia predicha

1. Nabucodonosor describió como feliz y tranquila su vida antes de conocer a Dios (leer Dan. 4:4).

a. Es muy fácil sentirse lleno de sí mismo cuando las cosas van bien en nuestra vida. Ocasionalmente, Dios permite que nos sobrevenga el revés y la adversidad para conducirnos a él. Ése fue el caso de Nabucodonosor.

b. Nabucodonosor tuvo un nuevo sueño, que predijo la adversidad que le ocurriría. Justo en momentos en que estaba lleno de orgullo, en el auge de su poder, fue “cortado”. Nosotros podemos aprender una lección de su patética experiencia.

2. Dios está en el comando de todas las cosas, y necesitamos reconocer que dependemos de él.

a. En la visión del árbol, Nabucodonosor presenció el colapso de su propio reinado. El corte del árbol representaba la caída de Nabucodonosor del favor divino y la pérdida de su reino.

3. Durante siete años, el Rey experimentaría una especie de enfermedad mental que lo haría pensar y actuar como un animal. Es difícil imaginar al brillante y popular rey de Babilonia vagando por los campos como un animal salvaje. Atacado por esa locura temporaria, dejó que las uñas y los cabellos le crecieran, y no se bañaba. Se sentía más cómodo entre los animales que en la corte real.

a. ¡Qué contraste con la vida que antes llevaba en el palacio! El Rey llegó al “fondo del pozo”. Su vida llegó a convertirse en un desastre total, una ruina absoluta. Ya no había lugar hacia donde mirar, a no ser hacia lo alto. No había ya nadie hacia quien volverse, sino a Dios.

 

II. El llamado de Dios al arrepentimiento

1. ¿Qué consejo le dio Dios al Rey? Leer Daniel 4:27.

a. Los juicios inexorables de Dios pueden ser evitados si nos arrepentimos. Es peligroso continuar haciendo nuestra propia voluntad, desobedeciendo a Dios. La falta de las bendiciones de Dios hace que ocurran en nuestra vida verdaderas tragedias.

2. Cargado de orgullo, en el auge del poder, Nabucodonosor fue “cortado” de la sociedad humana.

a. ¡Qué lección para nosotros! Una negligencia en reconocer a Dios en nuestra vida nos deja desprotegidos y nos vuelve víctimas de las tragedias.

b. Nabucodonosor, rey de Babilonia, recuperó su salud mental sólo cuando reconoció al verdadero Dios. El Rey miró hacia el cielo, reconoció al Dios del universo. Su vida fue cambiada.

 

Conclusión y llamado

1. En cierto sentido, la historia de Nabucodonosor es su historia y mi historia. También nosotros necesitamos la gracia de Dios; también podemos quedar confusos o enajenados, sin saber hacia dónde ir.

2. El triunfo sólo vendrá si tenemos un corazón arrepentido y estamos dispuestos a reconocer que todo lo que tenemos y todo lo que podemos conseguir en esta vida viene únicamente de Dios. El triunfo sólo vendrá si usted reconoce que Dios es el que está en el comando de todo.

3. Dios nos hace una invitación en Isaías 45:22: “Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más”.

a. Dios nos invita a que vayamos a él. En él encontramos la seguridad que tanto anhelamos.

b. La vida es tan frágil. Nuestro trabajo, nuestro hogar, nuestro matrimonio y nuestra salud nos ofrecen poquísima seguridad permanente. Podemos perder todo en un momento. En Dios, y solamente en él, podemos encontrar la fuerza, el significado y el propósito para la vida.

c. ¿No le gustaría hoy correr a los brazos de Jesús? ¿No le gustaría sentir su abrazo afectuoso y oír su tranquilizadora voz, diciendo: “Tú eres mío. Yo nunca te dejaré”?

(Colaboración de la Asociación Ministerial de la División Sudamericana.)