El mensaje escrito en la pared

Daniel 5

Introducción

1. ¿Cuál es el mayor error que se puede cometer en la vida? ¿Cuál es la más tonta de las decisiones? El mayor equívoco que se puede cometer en la vida es dejar de aprender por medio de los errores cometidos por nosotros mismos en el pasado. La más tonta de las decisiones es decidir ignorar las advertencias de Dios; es violar repetidamente la conciencia, rechazando el consejo de Dios y dando la espalda a sus instrucciones. Es apartarse de las oportunidades que Dios nos ofrece.

2. Belsasar, nieto de Nabucodonosor, tuvo muchas oportunidades para servir a Dios. Podría haber aprendido de su abuelo, que había dedicado la vida al verdadero Dios, o del profeta Daniel, que había vivido durante setenta años en Babilonia testificando en favor de la verdad.

a. La luz de la verdad brilló sobre Belsasar, pero él la rechazó totalmente. No sabía que un día de juicio fatal se estaba acercando más rápidamente de lo que imaginaba. Belsasar aprendió, como también nosotros necesitamos aprender, que una cosa es segura: hay un día de juicio para todos nosotros. Para Belsasar, ya era demasiado tarde.

 

I. La última noche de Belsasar

1. Leer Daniel 5:1 al 4. Belsasar hizo un gran banquete, se embriagó y profanó los objetos sagrados. Ese acto provocó el juicio de Dios sobre Babilonia. Los vasos sagrados del Templo de Jerusalén habían sido dedicados, en Israel, para el uso en el servicio santo de adoración al verdadero Dios.

a. Era una blasfemia profanar aquellos vasos sagrados llenándolos con vino intoxicante, en una bacanal en la corte de Babilonia. El Rey había traspuesto la línea divisoria entre su poder y el poder de Dios; y cruzó los límites: el juicio estaba pronto para suceder.

b. Hoy, hay muchos que han vivido de la misma manera que Belsasar. Jesús advierte que la época en que vivimos es un tiempo solemne, de cautela, vigilancia y oración (Luc. 21:34-36).

 

II. La intervención divina: el mensaje escrito en la pared

1. Daniel 5:5 al 17. En el mismo instante en que eran profanados los utensilios sagrados, apareció una mano que escribía en la pared del palacio. El Rey quedó anonadado; su rostro empalideció. Fue presa del miedo. Su cuerpo tembló nerviosamente. Sus pensamientos eran ideas terroríficas. Él sabía que algo no estaba bien, pero no estaba seguro de qué era. ¿Qué trágico acontecimiento anticipaba la escritura en la pared? Era el día del juicio, que había llegado a Belsasar.

2. Otra vez llamaron a Daniel, para que interpretara la escritura. Daniel había interpretado el sueño de Nabucodonosor muchos años antes. Había servido como estadista en Babilonia durante setenta años. Su reputación de correcto servidor público era bien conocida. Su sabiduría en asuntos políticos había repetidamente influido sobre la Nación. A pesar de todo eso, Belsasar, con la mente obnubilada por las bebidas fuertes, trató de humillar a Daniel sugiriendo que era simplemente un esclavo judío.

3. En un intento desesperado por entender la escritura misteriosa, Belsasar le ofreció a Daniel grandes recompensas si era capaz de explicar el significado de aquellas extrañas palabras. Daniel replicó: “Tus dones sean para ti, y da tus recompensas a otros. Leeré la escritura al rey, y le daré la interpretación”.

a. ¡Daniel no aceptaba ser sobornado! Sus servicios no estaban en venta; su único motivo era servir a Dios. Su única ambición era honrar el Reino de Dios. Daniel aprovechó esa oportunidad para recapitular los intentos de Dios para salvar a Babilonia. A través de la historia de Babilonia, Dios le dio repetidas oportunidades para conocer su voluntad.

b. De muchas maneras, Dios llamó a la puerta de la gran Babilonia. Aquellas oportunidades estaban, ahora, llegando rápidamente a su fin. La puerta de la misericordia, abierta durante setenta años, estaba por cerrarse. Los babilonios habían endurecido el corazón, y era poco lo que Dios podría hacer en tales circunstancias, excepto dejarlos entregados a sus propios deseos egoístas.

 

III. El mayor error de la vida

1. ¿Cuál fue el error de Belsasar? ¿Por qué su culpa fue tan grande? Leer Daniel 5:22.

a. A pesar de conocer a Dios, Belsasar no se había entregado al poder divino. Sabía qué era lo correcto, pero no lo hizo. Dio las espaldas a la luz que Dios le había dado. Escogió las tinieblas en lugar de la luz.

2. La condición del ser humano es peor cuando yerra conscientemente (Sant. 4:17).

a. El pecado de Babilonia era grande, porque los babilonios se rebelaron abiertamente contra Dios, cuando sabían muy bien cuál era la voluntad de Dios y lo mejor para ellos.

b. Hoy, nuestro mundo está siguiendo por el mismo camino de Babilonia. Las personas tienen conocimiento del plan de Dios para su vida, pero se niegan a seguir sus caminos.

3. Ésta era la frase escrita que apareció en la pared, que determinaba el juicio de Dios sobre Babilona: MENE, MENE, TEKEL, UPARSÍN

a. Y ésta es la interpretación de Daniel, profeta: “MENE: Contó Dios tu reino, y le ha puesto fin. TEKEL: Pesado has sido en balanza, y fuiste hallado falto. PERES: Tu reino ha sido roto, y dado a los medos y persas”.

 

Conclusión y llamado

1. Hay una última noche para cada uno de nosotros y para cada cosa en la tierra. Hay una línea invisible que no podemos cruzar sin sufrir las consecuencias. El juicio vendrá una vez para la sociedad entera. Cuando el número acumulado de pecados llegue a cierta cantidad, Dios dirá: “Es suficiente”.

a. En los días de Noé, los hombres malos sellaron sus destinos.

b. En el tiempo de Sodoma y Gomorra, el resultado acumulado del pecado selló la condenación de la ciudad, y el juicio de fuego cayó del cielo. Así será también en los últimos días.

2. El tiempo está próximo: “El tiempo está cerca. El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía. He aquí yo vengo presto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra” (Apoc. 22:10-12).

3. Nuestro Señor nos invita a ir a él ahora. Los glamorosos “placeres” del pecado no valen la pena.

a. Por ahora, sus brazos todavía están abiertos. Su misericordia está a nuestra disposición. Su gracia nos toca. Ahora, su Espíritu todavía impresiona nuestro corazón.

b. ¿Por qué no venir a él en este momento? ¿Por qué cometer el mismo error trágico de Belsasar? ¡No demore; entregue a él su vida HOY!

4. Pronto llegará el día del juicio final, que será un día para rendir cuentas; un día de juicio en el que cada individuo tendrá su sentencia. Las decisiones que usted y yo tomamos hoy están determinando nuestro destino eterno.

a. Entreguemos hoy nuestra vida a Jesús.

 

(Colaboración de la Asociación Ministerial de la División Sudamericana.)