El concepto bíblico de familia
Texto clave: Génesis 2:18
INTRODUCCIÓN
- El matrimonio, institución establecida por el Creador, se transformó en la base para la formación de la humanidad (Gén. 2:18, 24).
- Las Sagradas Escrituras retratan al matrimonio como la estructura fundamental de la familia humana. La expresión “Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla” (Gén. 1:28, NVI) fue la máxima del matrimonio para establecer la sociedad y formar las naciones.
- En contraste con la creación de los animales, la de los seres humanos surgió a partir de un diálogo divino: “Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza” (Gén. 1:26, NVI)
- El libro de Génesis enseña que Dios creó al ser humano cuando trajo a Adán a la existencia, pero el concepto de familia surgió a partir de la creación de Eva; con el propósito de que la unión conyugal entre el hombre y la mujer estableciera los fundamentos de la familia.
I. IMPLICACIONES CONTEMPORÁNEAS
1. Dios creó al hombre y a la mujer y los unió por medio del matrimonio.
2. La Biblia revela que la sexualidad forma parte de la existencia humana, y como tal, es una expresión de nuestro ser. En las Sagradas Escrituras no hay abstracciones para el término.
a) El hombre, desde el punto de vista sexual, fue condicionado biológicamente para la mujer, y la mujer para el hombre.
b) Adán necesitaba de alguien que lo complementara para multiplicar y perpetuar al género humano. Eva fue la respuesta divina. Ese nexo de hombre y mujer los habilitó para cumplir con el propósito divino.
3. Si el objetivo del Señor hubiese sido solamente resolver el problema de la soledad de Adán, Dios podría haber creado para él uno o más seres masculinos. Sin embargo, en lugar de eso, el Creador formó una mujer.
a) Por lo tanto, el objetivo divino fue también la multiplicación de los seres humanos y la formación de la humanidad.
b) Por este motivo, las relaciones homosexuales y polígamas deben ser rechazadas por los cristianos.
c) Las relaciones homosexuales no ofrecen posibilidad alguna ni reúnen las condiciones biológicas para cumplir con el propósito del creador: “ ‘Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla’ ” (Gén. 1:28, NVI). Solamente el matrimonio monogámico entre un hombre y una mujer puede dar cumplimiento al proyecto divino.
II. EL ANTIGUO TESTAMENTO Y LA FAMILIA
1. Al contrario de lo que afirman los críticos, la Biblia presenta relatos coherentes con respecto al matrimonio.
a) En tiempos del Antiguo Testamento había un proceso público para la realización del matrimonio.
b) El primer paso era el compromiso nupcial o noviazgo, que estaba normalmente relacionado con el pago de una dote (mohar). Eso se realizaba en presencia de testigos (Gén. 29:18-27; 31:12; Éxo. 22:16, 17; Jos. 15:16; 1 Sam. 17:25; 18:20-27).
c) Aunque los novios estuvieran legalmente casados, no se permitía la práctica de relaciones sexuales durante ese período, pues la unión matrimonial todavía no había sido formalizada (Deut. 22:23, 24).
2. El casamiento nunca fue un emprendimiento privado, sino que incluía un comienzo formal que tenía carácter legal y público. Sin esas exigencias oficiales, el matrimonio no era aceptado como válido ni la persona era considerada casada.
3. Al inicio de la ceremonia, el padre de la novia desempeñaba un papel religioso y jurídico. Él era quien realizaba los preparativos para el casamiento de la hija; conducía a la novia hasta el marido; celebraba la alianza matrimonial y, asumiendo la posición de sacerdote de la familia, pronunciaba la bendición divina sobre los contrayentes (Gén. 24:60; también se puede observar en el libro apócrifo de Tobías 11:17). Esto imprimía al casamiento un carácter religioso (John Henry Blunt, Dictionary of Doctrinal and Historical Theology [Diccionario de doctrina y teología histórica], p. 443).
4. El Antiguo Testamento deja suficientemente en claro que el casamiento es una alianza pública celebrada delante de Dios, incluyendo la presencia de testigos que atestiguaran su validez legal.
III. EL NUEVO TESTAMENTO Y LA FAMILIA
1. El Nuevo Testamento da continuidad a la concepción de matrimonio adoptada por el Antiguo Testamento y la convalida.
a) La orden matrimonial instituida por Dios en la creación provee la base para las declaraciones neotestamentarias sobre el casamiento (Mat. 5:31, 32; 19:4-6; Rom. 7:2, 3; 1 Cor. 6:16-18; 7:1-16; Efe. 5:21-23).
b) Jesús, el apóstol Pablo y la iglesia primitiva fueron unánimes en defender el modelo divino para el matrimonio. Rechazaron toda y cualquier forma de sexo previo al matrimonio o extra matrimonial (Mat. 15:19; Juan 4:17, 18; Hechos 15:20, 29; 21:25; 1 Cor. 5:9, 11; 6:9, 12-20; 2 Cor. 12:21; Gál. 5:19-21).
c) Jesús confirmó la santidad y la perpetuidad del matrimonio, especialmente cuando se posicionó en contra de la práctica del divorcio (Mar. 10:11, 12; Mat. 5:31, 32; 19:4-60).
d) Al presentarse escatológicamente como el Novio, Jesús puso su sello de aprobación sobre las relaciones conyugales (Mat. 25:1-13; 22:1-14; Mar. 2:19).
2. Hay otras referencias que fortalecen el concepto de matrimonio monogámico entre un hombre y una mujer como el ideal divino:
a) La vida ejemplar de un anciano de iglesia, “esposo de una sola mujer” (1 Tim. 3:2; Tito 1:6).
b) La exhortación a abstenerse de la inmoralidad sexual (1 Tes. 4:6).
c) Jesús y los apóstoles se remiten al Génesis (Gén. 2:24; Efe. 5:31; Mat. 19:5).
d) El Nuevo Testamento condena cualquier práctica fuera de este principio (Rom. 1:24-31; 1 Cor. 6:9-11; 1 Tim. 1:10).
CONCLUSIÓN
La institución del matrimonio se ha utilizado como símbolo de la alianza entre Dios y su pueblo. Esa comparación revela el nivel de santidad del matrimonio según los patrones bíblicos, y de la institución de la familia conforme al modelo divino.
Gilberto Theiss es pastor de distrito en el Estado de Ceará, República del Brasil.