Predicación y enseñanza narrativa: Una tarea
Con respecto a las historias de las Escrituras, Charles Bradford ha declarado: “Las narraciones han sido contadas y recontadas, pero nunca han perdido su poder. Uno pensaría que la familiaridad por parte de los oyentes disminuiría su efecto, que no habría ningún elemento de sorpresa y, por lo tanto, no habría suspenso (ingredientes necesarios para la narración de historias). Pero cuando el predicador se identifica completamente con el mensaje, la historia vuelve a cobrar vida”.[1]
Bradford ha descrito la experiencia de Helmut Thielicke después de haber escuchado a uno de los grandes teólogos: “Cuando Spurgeon hablaba, era como si los personajes de los patriarcas, profetas y apóstoles estuvieran en el auditorio […] Oyes el torrente del Jordán y el murmullo de los arroyos de Siloé; ves los cedros del Líbano que se mecen por el viento; oyes el choque y el tumulto de la batalla entre los hijos de Israel y los filisteos; sientes que el arca de Noé es un lugar realmente seguro; sufres las agonías del alma que tuvo que soportar Job y Jeremías; oyes el crujido de los remos cuando los discípulos se esforzaban contra los vientos contrarios; y sientes el miedo al horror del apocalipsis”.[2]
La tarea a continuación nos invita a investigar, escribir y predicar un sermón narrativo respecto de la noche en que Elías huyó de la reina Jezabel. A medida que su congregación lo escuche semana tras semana, que vean, perciban y sientan la historia bíblica tal como lo hicieron las congregaciones de Spurgeon. —Los editores.
Esta tarea, basada en una historia bíblica, es uno de los cuatro bosquejos de sermones narrativos preparados por Richard Duerksen.[3]
LA HISTORIA BÍBLICA:
Elías huyendo de Jezabel (1 Reyes 19)
Ideas clave:
- HESC. Nunca tome grandes decisiones cuando esté hambriento, enojado, solo o cansado. Elías lo hizo cuando experimentó estas cuatro cosas, y corrió de la amenaza al peligro.
- Todos corremos. Algunos huyen de “reinas enojadas”, otros de deudas, enfermedades, trabajos sin sentido y familias infelices.
- Nunca corremos solos. Dios siempre corre con nosotros, proveyendo fuerza, agua fresca, pan caliente y nuevos trabajos.
Investigación:
- Distancia y topografía de Jezreel a Beerseba.
- Cómo evitar las ciudades durante la fuga.
- Cómo los corredores de maratón siguen adelante después de “golpear la pared”.
Imagine:
- Miedo
- Correr con un amigo
- Ser abandonado por el amigo
- Correr solo
- Agotamiento
- Miedo (al ángel, que al principio se parecía mucho a uno de los guerreros de Jezabel)
- Autoincriminación en el camino a Horeb
- Asombro por los nuevos trabajos de Dios
Pasajes de contraste:
- “Se sentía solo, pero no lo estaba. Su criado dormía a su lado, junto con los mendigos sin hogar de Jezreel, acurrucados contra la pared para tener calor y fuerza”.
- “El día siguiente fue el más difícil. El dolor era mayor, la sed que le dejaba los labios agrietados y sangrantes, la soledad que lo abrumaba como pesas de bronce en los tobillos. No corrió lejos”.
- “En la última noche, cuando finalmente se dejó caer a la sombra del pico, se sintió al menos tres días más allá de la muerte”.
Buenos puntos para insertar sus propias historias:
- Elías y su sirviente corriendo. “Todos corremos”.
- Elías dejando a Beerseba en paz. “El diablo es más fuerte cuando nos sentimos solos.
- La sorpresa de Elías ante la presencia del ángel. “Cuando Dios aparece, a menudo trae el desayuno”.
- Elías, de cara al viento, siguiendo un sendero sembrado de rocas quemadas, siguiendo a Dios, caminando hacia el cielo. “Algunos de nosotros corremos muchas veces”.
Referencias:
[1] Charles E. Bradford, Preaching to the Times: The Preaching Ministry in the Seventh-day Adventist Church (Washington, DC: Review and Herald Pub. Assn., 1975), p. 75.
[2] Bradford, Preaching, pp. 75, 76.
[3] Encuentre los otros bosquejos de sermones narrativos de Richard Duerksen en MinistryMagazine.org/stories