El perdón

INTRODUCCIÓN

1. ¿Cuál es su reacción cuando es ofendido o perjudicado injustamente por alguien? ¿Corta la relación? ¿Mantiene las apariencias, para retribuir la acción en el momento oportuno? ¿Hace como que nada hubiera ocurrido y prepara una “guerra fría”? Esas situaciones hacen pulsar en lo íntimo del corazón humano los más perversos instintos de venganza.

2. Por lo tanto, considere lo siguiente:

a) ¿Cómo pueden el resentimiento y las amarguras llevarnos a olvidarnos de los planes de Dios para nuestra vida?

b) ¿Cómo pueden, la confianza en que Dios dirige nuestra vida y el perdón al prójimo, transformar el mal en bien, y al mismo tiempo habilitarnos para cumplir el plan que Dios tiene para nuestra existencia?

3. Leer Génesis 45:5, 7 y 8.

I. EL PLAN DE CONSERVACIÓN DE LA VIDA

1. Los hermanos de José lo vendieron como esclavo a unos mercaderes que se dirigían a Egipto.

2. ¿Por qué hicieron eso?

La preferencia que Jacob mostró por José con relación a los otros hijos, sumada a los sueños que él les contaba, despertaron en ellos sentimientos de celos, envidia y odio, los que se transformaron en malos tratos. Finalmente, lo vendieron como esclavo para verse libres de él.

3. ¿Cuál fue la reacción de José? Analice el capítulo 20 de Patriarcas y profetas.

a) Trataba de olvidar la maldad de sus hermanos, se olvidaba de sus angustias procurando aliviar las tristezas de los demás.

b) José cumplía sus actividades con todo empeño y dedicación, aun las más simples, a fin de sentir alegría en el resultado de su trabajo.

c) La comunión que José mantenía con Dios y el perdón ya concedido en su corazón a sus hermanos, fueron las bases para que él rechazara la propuesta de la esposa de Potifar, aunque ella le ofreciese los medios para vengarse de sus hermanos.

4. José fue condenado y encarcelado como criminal.

a) Pero perseveró con fe y paciencia. Sus años de servicio fiel fueron pagados de la manera más cruel. Sin embargo, eso no lo hizo olvidarse de Dios ni desconfiar de sus promesas.

b) José sabía que la decepción causa desánimo y que el contante pensar en el mal consume las energías que deberían ser puestas al servicio del bien.

c) Aparentemente, pareciera que Dios se había olvidado de José, pero él continuaba confiado y esperanzado en la liberación divino.

d) La confianza de José en las provisiones de Dios para su vida lo ayudó a ver el plan de Dios, como el libramiento de su familia. Dios transformó el mal en bendición y le concedió a su familia el libramiento del hambre.

II. PLAN DE UNA GRAN LIBERACION
  1. El plan de Dios para librar del hambre a la familia de Jacob y a todo Egipto, causaría miedo, vergüenza y haría sentir incómodos a los hermanos de José.
  2. La solución de Dios para la familia de Jacob incluyó agitar la conciencia culpable de los hermanos de José.
  3. Ante el gobernador de Egipto, temían que el hermano menor los encarcelara; imaginaban que se desquitaría contra ellos.
  4. Escucharon cómo mandaba que todos salieran de la casa y que se quedaran solamente ellos, sus hermanos. Un denso suspenso flotó en el aire, a medida que todos los sirvientes salían de la casa. Por cierto, deben haberse preguntado: “¿Qué pretende hacer este hombre con nosotros?”
  5. De repente, José comenzó a hablarles en hebreo, porque hasta ese momento les hablaba por medio de un intérprete. El versículo 3 refiere que les dijo: “Yo soy José; ¿vive aún mi padre?” Y según el versículo 4, les indicó entonces: “Acercaos ahora a mí”. Ellos no pudieron responderle, porque estaban turbados delante de él.
  6. Dios no solamente tenía un plan para librarlos del hambre, sino también un medio para perdonar a los hijos de Jacob del mal que habían cometido contra José.
  7. Claro que fueron inevitables la incomodidad y la vergüenza cuando volvieron y tuvieron que contar al padre el daño que le habían causado a José, y que él vivía y era ahora el gobernador de Egipto.
  8. Miedo, desconfianza y remordimiento fueron los sentimientos que persiguieron a los hijos de Jacob durante toda la vida (Gén. 50:15-18).
  9. Dios es poderoso para transformar en bien el mal que los enemigos nos provocan (Gén. 50:20).
  10. Las lecciones que José aprendió con el sufrimiento, la oportunidad de aprender en el trabajo de la casa de Potifar y en la cárcel, lo habilitaron para ser un buen gobernante de Egipto.
III. ESOS PLANES EN MI VIDA

1. Ahora viene la pregunta: ¿Cómo pueden los planes de Dios cumplirse también en mi vida?
Génesis 45:9 tiene la respuesta. “Daos prisa, id a mi padre”, fueron las palabras de José a sus hermanos.

2. En el pasado, los hermanos de José habían narrado a Jacob la muerte de José como una fatalidad. Pero ahora deberían presentarle el verdadero relato de lo que había pasado con el hermano, diciéndole que estaba vivo. Lo que nunca habían pensado, se hizo realidad: José era el gobernador de Egipto, conforme a los sueños de su infancia.

3. Hoy, también necesitamos ir al Padre, confesarle nuestros errores y, tal como hicieron los hermanos de José, cambiar nuestra vida y la de aquellos a quien amamos.

4. La última parte del versículo 9 dice: “Dios me ha puesto por señor de todo Egipto; ven a mí, no te detengas”. La orden era que sus hermanos fueran y volvieran con Jacob.

5. Jesús también nos invita: “Venid a mí todos los estáis trabajados y cansados, y yo os haré descansar”.

a) Ir a Jesús significa renunciar al enojo, el resentimiento, la amargura y la envidia, para que él pueda colocar en nosotros nuevos sentimientos y virtudes, y su carácter en nuestro corazón. Solo así tendremos en casa, en la iglesia y en el vecindario la felicidad y la paz que tanto anhelamos.

b) Con Cristo, tendremos las condiciones para vencer los males no con venganza o revanchismos, sino que Dios nos capacitará para cumplir su voluntad en nuestra vida.

CONCLUSIÓN
  1. Apreciado hermano, no permita que la mente se entretenga con el recuerdo de las maldades que los otros le causaron.
  2. Vigile su corazón. Pida la ayuda de Cristo. No abrigue en su corazón la envidia, los celos, el resentimiento, ni el deseo de venganza. Esas cosas pueden inducirlo a hacer algo de lo que se arrepentirá en el futuro.
  3. En vez de pensar acerca del mal que los demás le hicieron, piense en el bien que usted puede hacer a muchas personas.
  4. Participe en alguna actividad que promueva el bien del prójimo: visite enfermos, ayude a familias necesitadas, dé estudios bíblicos. Dedicar tiempo a confortar a las personas afligidas trae alegría y paz al corazón.
  5. Así como Dios transformó el mal en bendición en la experiencia de José, también él hará con su vida.
  6. Persevere en la conquista de elevados ideales. No se desanime con los obstáculos que surjan. Dios estará siempre a su lado hasta el día en que subamos al cielo para vivir eternamente con el querido Jesús.

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(Colaboración de Reones Alves Nunes, ex secretario ministerial de la Asociación Mineira Leste, Rep. del Brasil.)